Una joven de 18 años celebra con júbilo el más hermoso verano de su
vida. Pero no se trata de una joven cualquiera, y tampoco es un verano
cualquiera.
Ingeborg Bachmann consigna en él su experiencia del final de la
guerra. Su euforia no sólo viene motivada por la tan deseada llegada
de la paz, sino también por la relación con el soldado británico Jack
Hamesh. Las conversaciones con aquel judío que en 1938, siendo niño,
tuvo que abandonar Viena y perdió a sus padres en el Holocausto, la
marcaron profundamente.
Al contenido del diario propiamente dicho se unen, en esta edición,
las cartas que él le escribió tras su marcha a Palestina, en las que
le revela cómo ella le devolvió la fe en el ser humano.
El resultado es un testimonio único y conmovedor del diálogo entre los
hijos de las víctimas y los verdugos.