«Gran parte de la filosofía [se ha dejado seducir por] un nuevo
realismo que tiene significativas y peligrosas consecuencias para la
vida social y política. Ser antirrealistas es quizás el único modo de
ser, todavía, revolucionarios.» Gianni Vattimo«La esencia de su
programa filosófico tiene todavía mucha fuerza; hoy, quizá, aun más
que ayer.» La RepubblicaEl presente texto, en el que se unen el
pensamiento de Heidegger y una constante atención a las
transformaciones de la sociedad contemporánea, es fruto de un trabajo
de reflexión sobre la disolución de la objetividad o de la realidad
misma. El resultado es el relato de un imprevisible cambio de
perspectiva: un cambio que nos concierne a todos, porque arraiga
profundamente en la historia de estos últimos decenios.Cuando, mediada
la década de los ochenta del siglo pasado, Gianni Vattimo le otorgó
espesor filosófico a lo posmoderno con su pensamiento débil, fue
acusado de ser el rapsoda del capitalismo triunfante y de sus
ilusiones. Su crítica radical de las ideologías y su defensa de la
hermenéutica parecían ensalzar el nuevo horizonte dominado por lo
virtual y por la liquidez, comenzando por el dinero y las finanzas. El
ocaso de las ideologías daría paso al dominio del principio de
realidad y de la presunta objetividad de las leyes económicas. Sin
embargo, el capitalismo atraviesa hoy una de las crisis más graves de
su historia, en la que esa llamada a la realidad, en apariencia
inocente y cargada de sentido común, deviene un instrumento para
imponer el conformismo y la aceptación del orden vigente.Frente a esa
ideología autoritaria, Vattimo reivindica la hermenéutica -la
constante práctica de la interpretación- como un extraordinario
instrumento cognoscitivo, precisamente porque nos permite superar la
dictadura del presente. Así pues, aquí podría asentarse la base de un
proyecto de transformación y de liberación, con inmediatas
repercusiones políticas.